La experiencia de viajar en avión con tu perro
Raimundo Alabern
Viajar en avión con tu perro no es una experiencia agradable
ni para el perro, ni para el dueño. Es más, según el trayecto a realizar puede
ser un auténtico quebradero de cabeza, ya que hay compañías que ni siquiera
ofrecen la posibilidad de hacerlo (Easyjet y Ryanair) y las que lo hacen,
cobran unas tasas en ocasiones que pueden superar el precio del billete del
“humano”.

Lamentablemente, de vez en cuando salen a los medios de
comunicación noticias sobre la muerte o extravío de mascotas que viajan en las
bodegas de los aviones, por diferentes motivos (pérdidas durante una escala, puertas
abiertas accidentalmente o muertes súbitas o asociadas a despresurizaciones). El
despegue y aterrizaje son momentos criticos porque si el transportín no está
bien sujeto, pueden sufrir golpes. También se pueden marear con los cambios de
presión, asustarse por el ruido o sufrir hipotermias o golpes de calor. Por
ello no es de extrañar que los propietarios de canes se preocupen al planificar
un viaje con un compañero peludo.
Lo más importante es buscar la máxima seguridad y comodidad
para ambos. Si el perro es nervioso o se marea, el veterinario puede suministrarle
un relajante suave para que vaya tranquilo, aunque como toda medicación, está
sujeta a ciertos riesgos.
El tema del papeleo es algo engorroso y la documentación
varía si el desplazamiento se realiza dentro de España, entre países de la
Unión Europea o fuera de nuestro continente.
En cualquier caso, si vas a viajar en avión dentro de la UE,
antes de partir hay que tener la cartilla sanitaria
en regla con las vacunas al día (sobre todo la rabia) y revisión veterinaria
certificada treinta días antes de la salida. El animal deberá estar
desparasitado, tener un mínimo de tres meses y microchip.
La creciente sensibilización con el tema ha llevado a
compañías como VistaJet a lanzar el programa
VistaPet, para ayudar a perros y dueños a tener un viaje confortable. La
compañía de vuelos privados ofrece un curso de cuatro semanas para preparar el
animal para el vuelo, inbcluyendo la insensibilización al olor a combustible, los
sonidos de los motores a reacción, la presión del aire en la cabina y los
movimientos de la turbulencia del aire. Además, pueden viajar cómodamente
instalados en una colchoneta justo a sus dueños, donde reciben esencias de
flores para permanecer relajados y felices.
Yo he viajado varias veces con mi perro y mis gatos y nunca
he tenido ningún problema, ya que he seguido escrupulosamente los requisitos de
cada compañís para evitar enfrentarme a problemas de última hora. Mi perro
siempre lo ha hecho en bodega, no lo he sedado y ha asumido el trance con
resignación y buena cara, como buen perro que es. Los gatos, sin embargo, lo
pasan bastante peor por ser animales hipersensibles a los estímulos, y en su
caso sí he decidido darles un tranquilizante prescrito por el veterinario.
En todo caso, y aunque la experiencia no sea plato de buen
gusto, siempre es mejor llevar tus mascotas porque el mal rato se olvida
pronto.
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